Todos hemos visto en las películas de ciencia ficción el típico hombre biónico con un brazo o pierna robótico controlado por el cerebro del sujeto.
Sin embargo en la práctica esto supone grandes retos. Hace falta "programar" el tacto, la fuerza de agarre, y lo más importante conectar el cerebro de la persona a la máquina. Es decir el interface entre el carbono y el silicio por decirlo de forma poética... pues bien esto ya está aquí.
No dejeis de ver el video que acompaña a la noticia, a mi como ingeniero me puso los pelos de punta...
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Y otro caso similar... también con video incluido:
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